08/11/2022 • Lectura de 4 minutos

¿Está tu organización planificando terceros espacios?

Animar a los empleados a utilizar terceros espacios les ayuda a estar más cómodos, y a ser más productivos y eficientes.

por Haworth, Inc.

Antes, trabajar desde una cafetería, un café o cualquier otro sitio que no fuera la oficina o la casa era algo reservado a personas como los gestores de cuentas, que necesitaban viajar a menudo y sentarse a trabajar en distintos sitios como parte de sus responsabilidades laborales. Sin embargo, actualmente, en las organizaciones hay una extensa variedad de trabajo que se lleva a cabo en más de una ubicación.

Muchas personas trabajan desde casa, al menos parcialmente, y utilizan la oficina como un centro organizativo para la cultura y la conexión. Trabajar desde otras ubicaciones, conocidas como “terceros espacios”, ha ido, además, ganando terreno y convirtiéndose en algo “normal” para muchas personas que ocupan diversas funciones, y, actualmente, los empleadores están viendo los beneficios que ofrecen esos espacios.

¿Qué es un tercer espacio?

Un tercer espacio es una alternativa al espacio de trabajo (“primer espacio”) o al hogar (“segundo espacio”), cuando ninguno de estos lugares es la mejor opción para determinados tipos de actividades laborales. Muchos terceros espacios permiten acceder a otras personas a un ambiente diverso para activar la creatividad, mejorar la conexión y fomentar el sentido de integración cuando nos encontramos lejos de la oficina. Entre los ejemplos de terceros espacios se encuentran las cafeterías, los clubs, las bibliotecas públicas, las recepciones de hoteles, las librerías, los parques, los cafés o los espacios de coworking, como The Atom en Camboya. Dado que estos espacios no pertenecen ni a los empleadores ni a los empleados, son espacios neutros y, a menudo, permiten que haya menos distracciones, aumentando así la productividad y la innovación. Según un informe de JLL reciente, hasta el 36 % de los empleados trabajan en un tercer espacio, al menos, una vez por semana.  

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¿Cuándo y por qué tiene sentido trabajar en un tercer espacio?

La libertad de trabajar en un tercer espacio es increíblemente valiosa, ya que permite a las personas concentrarse de forma distinta a como lo hacen en la oficina o en casa. En una cafetería, por ejemplo, las personas pueden ignorar las distracciones, incluso todas las conversaciones que les rodean, porque saben que no son relevantes para ellos. Allí no hay conversaciones sobre proyectos en los que estén trabajando ni señales a las que responder como cuando están en la oficina.

A veces, trabajar desde casa puede fomentar la concentración, pero, otras veces, puede ser motivo de distracción, debido a interrupciones por parte de miembros de la familia, compañeros de piso o mascotas. El simple hecho de tener a la vista proyectos y tareas que deben hacerse en casa puede hacer que nos distraigamos del trabajo que nos ocupa. El hecho de salir de casa aleja a las personas de esas distracciones.

En estos momentos, sigue habiendo muchas oficinas que no están operando a plena capacidad, por lo que los terceros espacios son incluso más importantes que antes del 2020. Según una encuesta de Bloomberg, un 40 % de los trabajadores remotos trabajan en terceros espacios. A pesar de la prevalencia del trabajo remoto, las personas siguen mudándose a las ciudades para beneficiarse de las ventajas sociales y económicas que no ofrecen los barrios de las afueras. Las ciudades están adoptando muchas características que eran exclusivas de las oficinas, y los terceros espacios están cambiando para satisfacer la demanda.

Muchos terceros espacios han evolucionado para brindar apoyo a las personas, en concreto, para que puedan trabajar. Las personas quieren estar cómodas donde quiera que trabajen y las empresas que ofrecen terceros espacios están teniendo en cuenta las siguientes cuestiones: acceso a Internet, privacidad, mobiliario desplazable, paneles indicadores, etc. Han dispuesto espacios para que los equipos puedan colaborar en pequeños espacios grupales que les ofrezcan privacidad, a menudo, con
tecnología colaborativa.

Aunque estos terceros espacios de coworking están experimentando un auge en las ciudades, también están surgiendo en las afueras. Muchas empresas cuentan con su propia zona de cafetería de alto nivel para los empleados en el espacio de trabajo. Esto combina lo mejor de la oficina y de los terceros espacios para la organización, animando a los empleados a acudir a la oficina más a menudo. Algunas organizaciones han decidido ir un paso más allá, invitando también a los vecinos a utilizar el espacio como tercer espacio. De esta forma, el resto de las personas de la comunidad se benefician de un espacio de restauración y de lugares donde poder concentrarse de forma individual. Además, la organización que los acoge se beneficia de la diversidad de pensamiento, creatividad e innovación que el resto de las personas de la comunidad pueden aportar.  

El trabajo que hacemos no ha cambiado realmente, pero adoptar el cambio en el lugar donde trabajamos ayuda a fomentar el bienestar de los empleados, brindándoles una sensación de control personal y de seguridad. Proporcionar opciones a las personas y permitirles elegir el lugar adecuado para sus tareas de trabajo les ayuda a estar más cómodos y a ser más productivos y eficientes.

¿Tu organización está animando a sus empleados a beneficiarse de terceros espacios?

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