23/03/2021 • Lectura de 6 minutos

Tres prioridades de liderazgo para promover la resiliencia

Ayuda a los empleados a prosperar en un ecosistema para trabajar desde cualquier parte

por Haworth, Inc.

No es ninguna exageración describir como una gran convulsión los cambios acontecidos en el lugar de trabajo a lo largo del último año. El cierre abrupto de las oficinas debido a la pandemia de la COVID-19 marcó el inicio de una nueva era del teletrabajo. A pesar de que los trabajadores pueden mantener su productividad en casa, siguen enfrentándose a numerosas dificultades, y adaptarse a un ecosistema para trabajar desde cualquier parte supone otro nivel de estrés más.

Tras gestionar la logística, lo que no fue tarea fácil, las empresas se percataron de que el teletrabajo permitía a los trabajadores de las oficinas seguir siendo productivos, y a los trabajadores de la información serlo aún más si cabe. Sin embargo, el centro de investigaciones Pew Research Center mantiene que a muchas personas —especialmente a aquellas con menos de 50 años o con niños pequeños a su cargo— les cuesta trabajar en casa.

“El estrés estimula el sistema inmunológico, lo que puede ser una ventaja en la inmediatez. Este estímulo puede contribuir a evitar infecciones y curar heridas. Sin embargo, con el tiempo, las hormonas del estrés debilitan el sistema inmunológico y reducen la respuesta del organismo a los invasores extraños”, explica Ann Pietrangelo en un artículo de Healthline de 2020, y añade: “Las personas que padecen estrés crónico son más susceptibles a las enfermedades virales como la gripe y el resfriado común, así como a otras infecciones. El estrés también puede incrementar el tiempo necesario para recuperarse de una enfermedad o lesión”.

Las personas que están estresadas en el trabajo tienen más probabilidades de adoptar comportamientos poco saludables, como fumar, beber alcohol, consumir drogas y seguir malas pautas de alimentación. El estrés laboral también tiene efectos negativos en la salud mental de los trabajadores y puede derivar en un mayor riesgo de ansiedad, agotamiento, depresión y trastornos debido al consumo de sustancias diversas. Con estos efectos para la salud, el estrés laboral puede reducir significativamente la productividad de los empleados, y aumentar el sedentarismo y el presentismo laboral, el tiempo de absentismo para acudir al médico, y los costes sanitarios a los que deben hacer frente los empleados. El estrés laboral también está vinculado a unos índices más altos de accidentes y lesiones, así como a tasas más elevadas de movimiento de personal —ambos asociados a un aumento de los costes administrativos—.

Las empresas estadounidenses pierden hasta 300 000 millones de USD cada año debido al estrés en el lugar de trabajo.

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Los estresantes cambios acontecidos durante el último año han provocado que directivos de todas las esferas se pregunten cómo pueden ayudar a sus empleados a prosperar. El equipo de investigadores de Haworth identificó tres prioridades para reducir el estrés y promover la resiliencia en la era del teletrabajo.

Al examinar cómo la mejora de la cultura corporativa se traduce en los diversos lugares de trabajo —la oficina, el hogar y otros terceros lugares—, los estudios demuestran que ofrecer un nivel alto de flexibilidad en las programaciones y el lugar de trabajo, así como permitir a cada persona tener el control de su entorno de trabajo, mejora el bienestar en general. Al implementar estos conceptos, se demuestra a los empleados que se les valora. Las medidas tomadas por los directivos en estas tres áreas pueden reducir el estrés, mejorar la salud mental y el bienestar, reducir el absentismo debido al agotamiento e incluso derivar en un mayor grado de satisfacción con el trabajo.

Culturas corporativas en favor de la resiliencia
Cuando se trabaja desde cualquier parte, establecer y mantener el contacto desde distintas ubicaciones es uno de los mayores desafíos para sostener una cultura corporativa.

Como responsable de un equipo, es importante tener en cuenta cómo se traduce la cultura corporativa de una organización en los distintos entornos laborales. Un edificio de oficinas encarna la cultura corporativa de la empresa y permite a los empleados trabajar fácilmente de forma colaborativa, pero la colaboración puede resultar difícil cuando los trabajadores no comparten el mismo espacio físico.

Los empleados, cuando vienen a trabajar, necesitan sentirse integrados, conectados y parte de un bien colectivo. Lo que sabemos acerca de la cultura corporativa es cierto con independencia de dónde se trabaje; la cultura corporativa debe ser al mismo tiempo colectiva e individual.

Además de las ventajas sociales del contacto con los compañeros, muchas ideas innovadoras surgen simplemente al relacionarse unos con otros. La innovación surge cuando las personas comparten ideas, se basan en la visión y los conocimientos de los demás y examinan la viabilidad y las posibilidades de las ideas. Es mucho más que confrontar ideas en una pizarra. La innovación ocurre cuando las personas crean juntas. En este proceso, los períodos de preparación y aprendizaje colectivos contribuyen a que todo el equipo se centre, los ratos de socialización fomentan la incubación de ideas y promueven momentos de comprensión y los tiempos de concentración en equipo permiten el análisis y la verificación.

Aproximadamente un tercio de los trabajadores se quejan de sus altos niveles de estrés. Esto puede suponer una carga para las empresas en términos de costes de asistencia sanitaria, períodos de incapacidad y absentismo, rotación laboral y una baja productividad. En la era del teletrabajo, los directivos deben favorecer una cultura corporativa basada en la confianza y permitir a los empleados trabajar de la manera que mejor responda a sus necesidades.

Para garantizar que la cultura corporativa de tu empresa promueva la resiliencia, pregúntate lo siguiente:

  • ¿Dispone todo el mundo de la tecnología que necesita para colaborar y mantener el contacto?
  • ¿Está el espacio de trabajo diseñado para garantizar la inclusión de distintas personas?
  • ¿Se programa tiempo para mantener conversaciones informales y ponerse al día sin olvidar el mayor tiempo de pantalla que esto origina?
  • ¿Cómo se favorece la camaradería de nuevas formas?
  • ¿Qué permitirá a los empleados trabajar de las formas que mejor se ajusten a sus necesidades? Por ejemplo, se puede animar a hacer descansos y levantarse de la mesa con más frecuencia, y hacer saber a los empleados que no pasa nada si se toman más tiempo para completar las tareas asignadas.

Sé flexible y adáptate
Ahora que las organizaciones ven la oficina como solo uno de un total de tres lugares posibles en los que trabajar, el diseño general es incluso más importante, ya que la oficina es el centro neurálgico de la interacción cara a cara. En un nuevo ecosistema en el que se saca partido a la flexibilidad, los lugares de trabajo deben ser adaptables y flexibles, además de ofrecer un espacio estratégico para optimizar el trabajo individual y en equipo, y crear capital social.

Los espacios diseñados para diferentes tipos de trabajo proporcionan a los empleados la libertad de elegir la ubicación que mejor responda a sus necesidades. El acceso a estos distintos espacios permite concentrarse y reduce el estrés. Un espacio de trabajo con mobiliario que los usuarios puedan ajustar sirve de estímulo al personal —especialmente a aquellas personas que trabajan en entornos abiertos expuestos a muchas distracciones— a la hora de mejorar la concentración en las tareas del trabajo.

Cuando la gente invierte más energía en su trabajo individual y menos en encontrar el mejor lugar para llevarlo a cabo —o combatir las distracciones y las interrupciones— la productividad aumenta. Además, una mayor concentración tiene asociados menores síntomas de estrés y una mayor sensación de bienestar.

Los espacios de descanso permiten a la gente relajarse, mientras que los espacios de socialización ofrecen oportunidades para establecer contacto y favorecer que las personas se sientan integradas. Los espacios que se pueden redistribuir rápidamente de espacios de trabajo individuales a espacios de colaboración —y de nuevo al contrario— permiten a los equipos adaptar su espacio de trabajo a lo largo del día en respuesta a su flujo de trabajo. 

¿Cómo se sabe si los niveles de flexibilidad y adaptabilidad del lugar de trabajo son suficientes? Cuando la gente se siente capacitada para elegir cuándo y dónde trabaja.  

Factores relacionados con el bienestar que favorecen la resiliencia
Sabemos que el estrés entorpece el bienestar. Cuando estalló la pandemia, los trabajadores experimentaron nuevas fuentes de estrés como resultado de todo lo que se perdió de manera imprevista. La gente se tuvo que enfrentar a perder su rutina diaria, así como a la ausencia de amigos y familiares.

Reducción del estrés
El estrés asociado a la pérdida se puede minimizar proporcionando a los empleados recursos laborales que respondan a sus necesidades personales. Esto puede ser complejo para los directivos, ya que cada persona vive el lugar de trabajo a su manera. Piensa en cómo viviría la pandemia un trabajador de veintipocos años que viviera solo en comparación con alguien de unos cuarenta con niños en edad escolar. El primero se enfrentaría a un aislamiento extremo y el otro, de repente, tendría muchas más interrupciones a lo largo de la jornada laboral. 

Autonomía y diversidad de opciones
Algunas mejoras de recursos requieren capital —como los espacios de trabajo y el mobiliario— y otras exigen adaptabilidad —como las agendas de trabajo flexibles y los reajustes basados en los comentarios de los empleados—. Cuando se les da la opción, los trabajadores acuden a los sitios donde se sienten cómodos y son más productivos. Libera el estrés de intentar hacer encajar estilos de trabajo personales en el espacio de trabajo proporcionando variedad y haciendo saber que todos los empleados tienen permiso para elegir lo que mejor se adapte a ellos.


Ofrecer a la gente diversas opciones en cuanto a los recursos que respondan a sus necesidades les hará sentirse cómodos y ser más productivos. Aunque ninguna organización puede ofrecer recursos ilimitados, lo ideal es poner encima de la mesa recursos diversos.


Si entre las principales prioridades de tu empresa se incluyen una cultura corporativa que se centre en necesidades colectivas e individuales, un mayor grado de flexibilidad y un enfoque individualizado del bienestar, dispondrás de los elementos esenciales para construir una plantilla resiliente.

 

Descubre y aprende

Utiliza estas herramientas de conocimiento para contribuir a crear una plantilla más saludable y con un mejor rendimiento, preparada para afrontar cualquier desafío que surja en el futuro:

 

Página web Work From Anywhere y recursos de haworth.com

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